Cirugía del menton
La búsqueda de la mejora estética y la adecuada proporción de los rasgos
faciales puede aconsejar el aumento o la disminución de la barbilla o
mentón, para acomodarlo al resto de la cara. El aumento de un mentón (mentoplastia)
que deba ser corregido unos pocos centímetros, puede llevarse a cabo mediante:
Implantación de una prótesis de mentón, que puede ser de diferentes materiales,
como la silicona sólida, el Goretex®, etc... Para introducir el implante,
es posible utilizar una incisión situada dentro de la boca, en el surco
entre la encía y el labio inferior (vía intraoral), o bien una pequeña
incisión en la piel por debajo del mentón, parecida a la que se utiliza
en el Lifting de 1/3 inferior o de cuello (vía externa).
Infiltración de tejido graso del propio paciente utilizando la técnica
de Lipotransferencia, con unos resultados permanentes.
Adelantamiento de una porción de hueso de la mandíbula, mediante las secciones
del hueso (o osteotomías) horizontales, utilizando también la vía intraoral.
En estos casos el reborde del hueso es desplazado y inmovilizado de manera
exacta y precisa, permitiendo corregir el defecto y si es necesario es
posible además acortar convenientemente una cara que sea demasiado larga.
El aumento de un mentón que deba ser corregido en un mayor grado, deberá
tratarse mediante secciones del hueso o osteotomías de avance verticales.
Cuando la valoración preoperatoria evidencie además una mala oclusión
de los dientes que aconseje un adelantamiento del arco dental inferior,
será necesario un avance de la mandíbula, con posterior tratamiento del
ortodoncista.
Para disminuir un mentón demasiado prominente, será necesario efectuar
un lijado o una sección del hueso (osteotomía) a través de una incisión
situadas dentro de la boca. Las osteotomías permiten avanzar, acortar
y estrechar la mandíbula.
Es importante identificar las posibles asimetrías o diferencias de forma
o tamaño entre un lado de la cara y el otro. Las intervenciones pueden
ser realizadas con anestesia general o con anestesia local más sedación,
y el tiempo de estancia en el centro sanitario puede ser de solamente
unas horas si se efectúa ambulatoriamente, o de un día si se ingresa en
la clínica. En determinados casos con defectos muy acentuados, en los
que se requieran los tratamientos descritos anteriormente con secciones
del hueso de la mandíbula, pueden ser necesarios más días. En este tipo
de intervención está contraindicado el masaje en el postoperatorio inmediato,
que podría provocar la movilización del material implantado. Después de
la intervención podrá ser necesario inmovilizar la zona mediante un apósito,
que será retirado a los pocos días.